martes, 24 de abril de 2012

"PALABRAS"


palabras

PALABRAS




“Dame una palabra y moveré el mundo” la frase no es exacta a la que nos legó Arquímedes, en realidad es exacta a la que repite un reconocido catedrático, magíster, candidato a doctor, auditor, especialista y demás aderezos… Ciertamente lo menos importante de lo que aquí leerás.

El punto es la frase: “Dame una palabra y moveré el mundo”.

¿Es tan así, tan determinante? Difícil respuesta para alguien que trabaja con el verbo y a quien el buen gusto le invita a la modestia.
La experiencia nos dice que en nuestro andar por la vida más de una palabra será tatuada en nuestra mente “con o sin permiso”.  ¿Con o sin permiso?, ¿Será que alguien o algo distinto a nosotros tenga tanto poder como para dejarnos “marcados” de por vida? Que algún otro con tan solo vibraciones y viento pueda trascender tu dermis y adentrarse en tu sentir, en tu presente y futuro? 

¿Cuántas palabras te han marcado a ti?, ¿Cuántas buenas, cuántas malas?, ¿Cuál tiene mayor porcentaje?, ¿Cuánto tiempo tiene la más antigua?, ¿Y cuánto la más reciente?. Tal vez los números no son lo más importante cuando la “parálisis racional” nos detiene en el tiempo, pero tal vez si tengan un peso enorme cuando te miras al espejo y ves que te devuelve la imagen de una persona grande que ha recorrido un largo camino de aprendizaje venciendo obstáculos, cosechando logros, amando y siendo amada.  

Las palabras son más que un conjunto de códigos acertando la combinación correcta, no se trata de eso… más que una combinación de letras las palabras llevan consigo un significado único y personal para cada uno de nosotros que pueden activar esa emoción que nos acompañará por un periodo de tiempo indefinido. Es entonces, el significado que le asignamos a esa palabra el que de manera casi mágica nos puede “hacer el día”, “levantar la semana” o aún más, marcar el destino… cambiarnos la vida.

Qué significado le diste a esa palabra que cambió tu mundo??

Y las que jamás llegaron ni llegarán? Pues son tan valiosas como las otras, son aquellas mudas palabras que lo dicen todo, ocultan la verdad y luego cambian de opinión al compás de tu inestable humor. Son las que tendrás que fabricarte para saciar tu hambre de explicación, de soberbia o de locura, da igual! Eres libre de dejar que el viento sople y las aleje o esperar que se hagan evidentes en la incertidumbre de tu rostro desolado…

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Mientras tanto yo me conformo con regalarme las palabras que necesito para mantener en equilibrio mi mundo y que tú, curioso lector tienes la generosidad de leer.


  

domingo, 8 de abril de 2012

¡NO ES JUSTO CARAJO MIERDA!! (y perdón por el francés)




¡NO ES JUSTO CARAJO MIERDA!! (y perdón por el francés)

Hace casi un año recibí una de las noticias más feas de mi vida, en ese momento mi exagerado optimismo y la seguridad de que “Diosito no podía ser tan malo” me llevaron a creer que iba a ser una triste, dura y dolorosa experiencia de la que sin duda saldríamos victoriosas… no sería fácil, seguro, pero que mi madre, luchadora nata, lo lograría “Ay hijita, dime qué cosa no he podido vencer” y no lloré, casi…

Al poco tiempo nos dijeron que esta enfermedad de porquería estaba avanzada y nos pusimos en pie de guerra con todas las armas que teníamos a nuestro alcance, probamos TODO lo que estaba a nuestro alcance, misa de salud incluida pero no cedió. Lo único bueno fue que mi mami regresó a su casa, el Perú y dejó una simpática, moderna y gran ciudad llena de médicos fríos e insensibles al dolor humano, nunca olvidaré al estúpido doctor con cara de “nerdsazo” que sentado en la camilla y balanceando sus cortitas piernas le dijo “without chemo: Christmas, with chemo, two years” ¡y al imbécil no se le movió un músculo! Y siguió balanceando sus pequeñas piernitas como si nos estuviera contando una anécdota de la infancia… que RABIA!!!

Hoy día todo es diferente y para ser sincera mi optimismo se está largando dejándome sola con mi fe en que de alguna extraña manera Dios sigue de nuestro lado, que todo va a ser como tiene que ser, que nadie muere en la víspera, que el día que te toque aunque te quites y el día que no te toque aunque te pongas y bla bla bla, me lo repito a diario, mientras en el fondo de mi corazón sigo pidiendo un milagro